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Las tortillitas de camarones son el máximo exponente de la gastronomía gaditana. Superando en popularidad a otras recetas tan icónicas como el “pescaito” frito o las “papas aliñás”. Tienen su origen en el siglo XVI. Y en la actualidad gozan de un enorme prestigio internacional gracias a la presencia de locales como La Venta de Vargas, El Faro de Cádiz y Casa Balbino. Que han convertido a este plato en todo un símbolo de la ciudad.
Te está entrando hambre, ¿verdad? No te preocupes, ya que en la entrada de hoy vamos a hablar del origen de esta receta y los mejores lugares para comer las tortitas de camarón en Cádiz. ¡Comenzamos!
Origen de las tortillitas de camarones
Gracias al trabajo del gaditano Ruiz Torres y otros investigadores, sabemos que las tortillitas de camarón surgieron en Cádiz durante los siglos XVI y XVII. Aunque también hay quien defiende que aparecieron en el Carnaval de Cádiz de 1884. Como es el caso del experto en gastronomía Fernández de la Torre.
Sea como sea, estas primeras tortitas no se parecían demasiado a las actuales. Para encontrar el antecedente inmediato tendríamos que viajar a las afueras de San Fernando en 1937. Ese año, Juan Vargas se hizo cargo de la Venta Eritaña junto a su madre, Catalina Pérez. Esta señora es responsable de la receta de tortilla de camarones tal y como las conocemos hoy en día.
Elaboradas con una mezcla de harinas de trigo y garbanzos para hacerlas más ligeras, cebolla, perejil, camarones y sal. Si tienes curiosidad por descubrir cómo saben, en la Venta Vargas se sirven prácticamente igual que hace un siglo.
Los mejores sitios donde comer tortitas de camarones en Cádiz
A continuación vamos a conocer los mejores locales para comer tortillas de camarón que existen en el mundo. ¡Aunque todos se encuentran en Cádiz!
Restaurante El Faro de Cádiz
El Faro de Cádiz está situado en el Barrio de La Viña, justo al lado de la Playa de la Caleta. Es uno de los restaurantes más famosos de toda la provincia y una referencia de la gastronomía gaditana. Abrió sus puertas en 1964. Y con el paso de los años, la modesta taberna se convirtió en un local con capacidad para más de 200 comensales.
Puedes sentarte en el comedor o disfrutar de las típicas tapas en la barra. Entre sus especialidades destacan el paté de cabracho, el “pescaito” fresco de la Bahía, las carnes de retintos o los postres artesanales. Que puedes acompañar con los mejores vinos. Además, preparan versiones de sus recetas que son aptas para celíacos.
No nos hemos olvidado de sus exquisitas tortillas de camarones. Destacan por ser muy finas y ligeras, con un diámetro de hasta 12 centímetros y poco aceitosas al gusto. La masa se prepara a mano al momento. Y se fríen en paelleras con un metro de aceite a una temperatura determinada. Para que no queden ni rígidas ni quemadas. ¡Simplemente espectacular!
Restaurante Venta de Vargas
La Venta de Vargas es uno de los locales más tradicionales de la Bahía de Cádiz. Abrió sus puertas en el año 1921, aunque por aquel entonces todavía se llamaba Venta Eritaña. Nombre que mantuvo hasta 1937 cuando Juan Vargas se hizo cargo del negocio. Desde entonces, ha sido regentado por 4 generaciones de esta insigne familia de hosteleros.
Nada más entrar podemos disfrutar con la típica decoración andaluza de azulejos y arcos de herradura. Un ambiente muy acogedor que encaja a la perfección con su lema “Nadie es Forastero”. Además de una excelente oferta gastronómica, se organizan actuaciones y ciclos de flamenco. Donde participan algunos de los artistas más relevantes de nuestro país.
Como hemos visto, la Venta de Vargas tiene un lugar destacado en la historia de las tortillitas de camarones en Cádiz. Catalina Pérez fue la que consiguió hacer la masa más ligera usando harina de trigo además de harina de garbanzo y agua de sifón. Y finalmente les añadió camarones de la Bahía. El resultado era un plato ligero, ideal para picar y que se podía servir sin problemas en bares y restaurantes.
En la actualidad todavía se sigue usando una receta parecida. Las tortillas se hacen con una harina de trigo que contiene más sémola de lo normal. Así como cebolla, sal, perejil y agua de sifón. La guinda son los camarones típicos de San Fernando. Muy frescos y de un generoso tamaño. Se fríen en aceite caliente sin llegar a hervir. Y la masa debe estar recién hecha, ya que de lo contrario la textura final no sería la misma.
Restaurante Casa Balbino
La historia de este restaurante comienza en 1943 cuando Balbino Izquierdo arrienda un pequeño local de ultramarinos. En los años 80, la competencia que suponían las grandes superficies comerciales era insostenible. Así que sus hijos deciden transformarlo en una taberna típicamente gaditana. Decorada con temas taurinos y fotografías de Sanlúcar en el siglo XIX y principios del XX.
En la actualidad, es uno de los templos indiscutibles del tapeo gaditano. Cuenta con una amplia barra y mesas en el interior. Así como una enorme terraza para dar cabida a más de 100 comensales. Una de las peculiaridades es que los propios clientes tienen que servirse tras hacer los pedidos en la barra. Con una selección de especialidades que supera el medio centenar.
A destacar sus “papas aliñás”, platos de maricos y guisos marineros. Sin perder de vista las frituras clásicas y por supuesto las tortillitas de camarones. Son tan famosas que en ocasiones te darán un número para pedirlas. Ya que es necesario preparar la masa y freírlas al momento, motivo por el que pueden tardar un poco en estar listas. Pero créenos, la espera merecerá mucho la pena. ¡Están riquísimas!